Schwerer Gustav, el cañon más grande de la historia

17:52 / Publicado por Spider Pig /



El arma más grande jamás construída pesaba 1.350.000 Kg., su cañón medía 32,48 m. de longitud, y el chasis que lo sustentaba, 47,3 m. de largo, 7,1 m. de ancho y 11,6 m. de altura. Podía lanzar dos tipos de proyectiles, unos perforadores de blindaje de 7.100 Kg. cada uno, y los otros, de alto poder explosivo, de 4.800 Kg. Ambos llegaban a alcanzar los 37 Km. de distancia, su calibre era de 800 mm. y tan sólo podían dispararse 14 de ellos al día debido a la temperatura que alcanzaba el acero del cañón.

Proyectado a finales de la década de los 1930 por la compañía Krupp, su coste ascendió a 7.000.000 de reichsmark, la moneda oficial alemana desde 1924 hasta el 20 de junio de 1948 y su objetivo principal, destruir la línea Maginot cuando se hiciera necesario.



Inicialmente se concibió como medio de propaganda del régimen nazi a la par que como arma de gran alcance y poder destructivo, pero no dejó de ser un boceto hasta marzo de 1936, fecha en la que Hitler visita la fábrica interesándose por su viabilidad. A pesar de no haber dado ninguna orden al respecto, Gustav Krupp, sabedor del carácter del Führer, inició los trabajos de diseño y los correspondientes estudios balísticos; los planos fueron presentandos a la Heereswaffenamt -departamento de armamento del ejército- a principios del 1937, y su construcción comenzó el verano de ese mismo año.

Debido a su gigantesco tamaño, la tarea no era ninguna minucia. Los ingenieros encontraban serias dificultades para desarrollar tanto el sistema de carga como el tubo y, además, para facilitar su transporte, todo él debía montarse y desmontarse por secciones. Estos impedimentos hacían prever que la fecha más optimista de finalización rondaría el año 1940. Llegadas esas fechas, y tras la ocupación de Francia, Hitler, ahora ya sí, expresa su exigencia de que el cañón se convierta en una realidad, por lo que los esfuerzos para terminarlo se redoblaron: a últimos de ese mismo año se concluyó la fabricación del tubo, y durante el 1941 se hicieron pruebas de fuego real y se llevaron a cabo las necesarias modificaciones sobre el proyecto original. A principios de 1942 el conjunto fue finalmente ensamblado y se realizaron las últimas pruebas en presencia del Führer. Había llegado el momento de llevarlo al frente.



Y si su construcción fue una labor titánica, su traslado no lo era menos. Se precisaban 25 vagones de tren para albergar todas las piezas, y lo acompañaban cerca de 1.400 hombres al mando de un coronel. De ellos, 500 podían considerarse sus sirvientes, encargados del mantenimiento y manejo de la munición, y el resto lo formaban una unidad de inteligencia, responsable de estudiar los objetivos a atacar, dos batallones de artillería antiaérea que protegían al Gustav del enemigo en todo momento, y dos compañías de centinelas que lo vigilaban constantemente. También había que sumar a los zapadores ferroviarios encargados del tendido de las vías, personal administrativo y un grupo de ingenieros de la Krupp atentos siempre a cualquier problema que pudiera surgir.

El ensamblado llevaba alrededor de seis semanas, y era preciso tender una vía de cuatro raíles sobre la que se disponía el Gustav con la ayuda de dos grúas-puente de 10 Tm., más otra vía adicional de dos railes para la grúa que cargaba los proyectiles. Todo el conjunto se sustentaba en el chasis, el cual, a su vez se apoyaba en cuatro bojes de 20 ejes cada uno, o lo que es lo mismo, 160 ruedas.

La primera ocasión en la que el Gustav pudo demostrar su poder fue durante el sitio de Sebastopol, cuya fortaleza era muy apetecida por los nazis para emplearla como base naval que era y como puerto de abastecimiento para los ejércitos del sur. La batalla comenzó el 5 de junio de 1942, y al finalizar la jornada ya habían caído gran parte de las baterías de costa y el conocido como Fuerte Stalin, todo él construído en hormigón. Ese día, el Gustav efectuó 14 disparos, con una cadencia de uno cada 15 minutos.



El día 6 el objetivo fue el Fuerte Molotov, demolido por siete proyectiles. A continuación le llegó el turno al Acantilado Blanco, punto desde el que debía alcanzarse un polvorín subterráneo bajo la Bahía de Severnaya. Considerado hasta ese momento como invulnerable para las armas convencionales, al Gustav le bastó lanzar nueve proyectiles para perforar el fondo del mar, a 30 m. de la superficie, atravesar el techo de hormigón de 10 m. de grosor, y hacerlo estallar.

El día 7, con siete disparos, se dió cuenta de la fortificación conocida por los alemanes como Südwestspitze.

Los días 8, 9 y 10 se procedió a revisarlo y a practicar tareas de mantenimiento.

El día 11 cae el Fuerte Siberia con cinco impactos, y el 17, el Fuerte Gorki de otros cinco.

El 4 de julio finaliza la ofensiva. La ciudad queda devastada tras caer sobre ella más de 500.000 proyectiles, 30.000 Tm. de material arrojado por todas las piezas artilleras que participaron en la contienda. Afortunadamente, la mayoría de la población civil se pudo poner a salvo en los innumerables túneles subterráneos que horadaban el lugar.

Tras la batalla, el cañón del Gustav es desmontado y sustituído por otro de repuesto, siendo el original enviado a Essen para ser revisado, mientras el resto de las piezas son desmontadas para ser llevadas hasta la que será su próxima misión, el asalto a Leningrado. Cuando ya había sido montado de nuevo a 30 Km. de la ciudad rusa, se cancela la orden de ataque, permaneciendo allí ese invierno, y el año 1943 es trasladado de nuevo a Alemania, donde se efectúan las que serían las últimas tareas de mantenimiento.



La vida del Gustav termina alrededor de abril de 1945, cuando sus restos, inutilizados posiblemente por las propias tropas nazis para que no fueran aprovechados por los aliados, fueron hallados en un bosque próximo a la localidad de Chemnitz, cerca de la frontera con la República Checa.

Gustav tuvo una hermana gemela, Dora, que llegó a emplazarse a 15 Km. de Stalingrado estando dispuesto para entrar en acción el 13 de septiembre de 1942, sin embargo, nunca llegó a emplearse, ya que cuando el cerco a la ciudad comenzó a fracasar y las tropas nazis iniciaban la retirada, fue también destruído y sus piezas diseminadas por la Europa oriental.

El Gustav estuvo a punto de pisar suelo español, ya que Hitler pretedía utilizarlo, dentro de la Operación Félix para destruir el Peñón de Gibraltar, importante centro de comunicaciones del ejército británico que controlaba -y sigue controlando- todo el tráfico marítimo del Estrecho, pero debido a la neutralidad del gobierno del general Franco durante el devenir de la II Guerra Mundial, hizo que el plan fuera abortado.