El Schienenzeppelin fue un tren automotor experimental desarrollado el año 1929 por el ingeniero aeronáutico alemán Franz Kruckenberg que ostentó, durante más de 20 años, el récord de velocidad de este tipo de medio de transporte.
Construído a lo largo del año 1930, era movido por un motor de avión diésel que ofrecía una potencia de 600 C.V. al cual se engranaba una hélice de madera de fresno de cuatro palas -en sucesivos modelos pasaría a tener sólo dos-. El chasis, de diseño aerodinámico, recordaba en parte a un dirigible Zeppelin.
En las pruebas efectuadas el 10 de mayo de 1931, supera por primera vez los 200 Km/h., y el 21 de junio del mismo año alcanza los 230 Km/h., registro mantenido hasta el 1954 y no superado aún hoy por ninguna máquina de tren dotada de este tipo de propulsión.
Tras sufrir diversas modificaciones el proyecto terminó siendo abandonado en el 1939, entre otras razones, por el peligro que suponía la hélice en cualquier estación, la imposibilidad de acoplarle más vagones o la dificultad en superar cualquier desnivel del terreno pero, sobre todo, por el inicio de la II Guerra Mundial.
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