PARIDOSCOPIO

El verano no es el mejor momento del año para cometer un crimen. Más que nada porque todo ladrón sabe que, cuanto más tapado vaya, menos probabilidades hay de que le reconozcan.

Sin embargo la sospechosa de la que os vamos a hablar (y cuyo nombre desconocemos) no pensó en ser señalada sino en llevar a cabo su trabajo fresquita. Así pilló por banda su bikini y salió a la calle dispuesta a atracar un concesionario de caravanas y vehículos de ocio en Mississippi (EE.UU.).

Con sus 24 primaveras, vestida para matar y solo Dios sabe hinchada de qué sustancia ilegal se encaró de manera más que agresiva con la conductora de un coche y la exigió salir. La víctima, sin perder la calma y temiendo la reacción de una persona medio desnuda con un ataque de ira asesina, dijo que le daría el coche si le dejaba sacar antes a sus hijos, que iban detrás. La muchacha aceptó.



Una vez en su “nuevo auto”, Bikini Kill (llamémosla así en honor de aquel grupo punk de los 90) se dirigió al concesionario antes dicho y exigió la recaudación diciendo que portaba un arma. Los trabajadores del centro, por supuesto, no la creyeron (¿dónde iba a guardar el arma una chica en bikini?, ¿acaso, como Afrodita A, lanzaba sus pechos como si fueran misiles?). Así que decidieron distraerla mientras la policía llegaba y la ponía las esposas.