Esta silla está hecha con una antigua Vespa y puede convertirse en el complemento ideal para un salón con decoración retro.
Aunque en la oficina tampoco quedarían nada mal. Más que nada porque, a partir de ahora, las carreras de sillas por los pasillos cobrarían más sentido que una carrera de caracoles. Ya me imaginano a todos los compañeros apostando por una de las Vespas.
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