El pasada miércoles, observadores norteamericanos presenciaron un extraño evento. El Discovery surcaba los cielos nocturnos y tras de si fue dejando una larga cola tal y como lo hace un cometa.
Lo extraño aquí es que el Discovery no es un cometa como para dejar una larga cola. Entonces ¿qué podría ser esta estela? Pues para sorpresa suya esto no era más orina y otros detritos.
Todo esto se debió por que el tanque que contiene estos desperdicios se mantuvo abierto durante unos 40 minutos para liberar sobre unos 68 kg de carga y poder preparar así el aterrizaje el día siguiente. El encargado de esta misión fue el piloto Kevin Ford.
Estas aguas residuales normalmente se congelan nada más echarse, formando una nube de diminutas gotas de hielo. Entonces, cuando les da el Sol, el hielo se convierte directamente en vapor de agua y se dispersa por el espacio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario