En un principio todo iba bien; el tipo campaba a sus anchas por las calles de Tel Aviv sin que nadie advirtiera su presencia. Había hecho realidad uno de los sueños de cualquier ser humano: tener el poder de la invisibilidad. O al menos, eso es lo que él creía.

Pero parece que no, de repente algo falló y los viandantes pudieron ver perfectamente a un sujeto en pelota picada caminando por las calles.
La policia corrió a detenerlo por escándalo publico aunque él se defendía diciendo que no podían hacer eso, “que era un hombre invisible y que de esa forma no cometía ningún ofensa al pudor“.
Esperemos que nuestro amigo consiga avanzar en sus investigaciones desde el centro psiquiátrico en el que le han recluído.
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